La brisa nocturna de Madrid puede asediar al animo y hacernos buscar el mundo oscuro de esta gran ciudad, cada mirada de noche se torna diferente, cada olor comienza a decirnos que la diversión esta en cada esquina, no obstante la algarabía no viene a nosotros ya que, debemos buscarla y salir al encuentro de la vida madrileña al llegar el ocaso.

Cada noche es distinta, cada función se presenta de manera única en mirada del foráneo neófito en Madrid. Viajes de luces se pueden sentir mientras buscas bares y discotecas para celebrar tu arribo a tan variada ciudad, un lugar que no duerme y si llegase dormir te haría soñar como un delfín.


Lugares tales como los “after-hours” pueden hacer vibrar tu experiencia hasta casi las 7: 00 a.m. La noche en Madrid es eterna así como las sorpresas que esta ciudad puede darnos. Discotecas como “Kapital” o la discoteca “Mondo” son opciones para conocer, coquetear y enamorar a una madrileña o a un madrileño.

Pero han de estarse preguntando ¿que opciones hay para aquellos que no son heterosexuales y para aquellos que respetan la diversidad sexual? La respuesta pueden hallarla en el Barrio de Chueca, un sitio conquistado en pro de la diversidad sexual y para favorecer el contacto entre personas heterosexuales y homosexuales. Este barrio posee toda una gama de bares y discotecas para el disfrute y la diversión sin importar como la definas.

Tres arcos se abren paso en Madrid, tres arcos que se constituyen como la entrada emblemática de una las ciudades más importantes de Europa. Tres arcos erigidos como símbolo de belleza y poder embellecen la vista del turista más apático.


Estos arcos conforman la Puerta de Alcalá, prueba evidente de un Madrid atiborrado de arte arquitectónico. No es necesario saber de arte, para saber de belleza, hace falta alma para sentir lo bello, y es ahí, en el alma, donde retumba esta obra arquitectónica.


Es inaudito hablar de Madrid sin antes hablar de este umbral que junto a la Fuente de Cibeles se constituyen como una de las mayores atracciones de Madrid, inspirando así canciones y poesías.


De noche, el lugar basto en iluminación, brilla con su propia luz, mientras las personas se detienen a mirar la majestuosa obra construida en los tiempos del rey Carlos III en 1778.


Dar un paseo y simplemente caminar por este lugar puede ser una experiencia enriquecedora y a su vez se puede visitar lugares históricos cercanos tales como la Fuente de Cibeles, y parques tales como El Parque del Retiro y el Museo Nacional.


Entre las luces nocturnas y el bullicio de la noche madrileña, hay un sonido que tranquiliza, un sonido histórico que se yergue entre la vida acelerada de la Madrid cristiana, un sonido sublime que viajó desde la vida madrileña musulmana hasta los tiempos de la Internet y las telecomunicaciones.

Hablo del sonido del agua, gota a gota cayendo a los pies de la que representa a la Tierra con su poderío.

Una estatua megalómana se levanta entre edificios y asfalto, una obra magnánima que ha visto crecer al pueblo que embellece, me refiero a la Fuente de Cibeles, casi tan glamorosa como la ciudad de Madrid.
Una obra que ha abrigado la esperanza de éxito infinito de la imponente ciudad la cual resguarda. Éxito premiado incluso en el fútbol madrileño pues ha tomado como símbolo de victoria a esta maravillosa creación imaginada y hecha objeto por el arquitecto Ventura Rodríguez.

Es un monumento histórico, de gran belleza y suntuosidad que al viajar a Madrid es imperdonable no visitar ya que, perderse el vistazo de esta obra es como dejar atrás una escena histórica inolvidable anclada a las ruedas de la gran carroza conducida por los emblemáticos leones de Cibeles.


Cuando se viaja a un lugar es de sumo interés buscar aquellos lugares inolvidables, sitios sin igual propios de la tierra que visitamos, es común buscar paisajes que adornen nuestra vista para después recordar y soñar con ellos. Esto es realizable en Madrid, pero la pregunta es ¿Dónde? Empero, esta incógnita no basta, es imprescindible tomar en cuenta ¿con quién?


Ahora bien, el donde y el quién, tienen una respuesta, más aún en el mes de febrero, un mes para dedicar al afecto y al romance. Para ello, es esencial tomar en cuenta El Parque del Capricho el cual, con 14 hectáreas de espesor, puede llenar de bellos atavíos nuestra mente mientras el amor fluye ante el majestuoso atardecer que lo acompaña.


Un jardín hermoso rodeado de esculturas perfectas, donde los dioses desde Baco hasta Saturno comparten espacio, pues es quizás este una gota del olimpo derramada en la Tierra.


Este lugar fue fundado sabiamente por la duquesa de Osuna, doña María Josefa Alfonso Pimentel y comenzó a construirse en 1787, terminándose en 1839.


Es sin lugar a duda, un sitio de encuentro, un pedazo de tierra para pensar y amar ya que, el arte y la belleza son uno mismo en este jardín. Sin titubeo alguno se puede asegurar que éste es un parque que ha de satisfacer las expectativas más altas del turista más exigente.




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La ciudad de Madrid es sin lugar a duda un suelo cultural, un gran terruño de creación artística proveniente de muchas etnias alrededor del mundo. Debido a esto, Madrid ha sabido crear espacios para la expresión del arte y la cultura. Un ejemplo de esto, lo podemos ver plasmado en los proyectos del Ayuntamiento madrileño el cual, busca rehabilitar el Conde Duque, y convertir el Castillo de la Alameda en museo, además de la rehabilitación del Museo de los Orígenes y de la imprenta municipal, esto con el fin de crear espacios donde el arte pueda tener cabida.


Esto amerita según la página oficial del Ayuntamiento 22 millones de euros. Asimismo este dinero será usado para remodelar las salas de danza y la remodelación arquitectónica de lugares de exposición.


Esto es, sin lugar a duda un esfuerzo grande que Madrid lleva a cabo por mantenerse como una ciudad cosmopolita donde el arte y la expresión adornan el ambiente madrileño, lleno de historia y mosaicos de añoranzas, sueños y suspiros ensordecedores entre el bullicioso asombro de quienes visitan esta ciudad en búsqueda de diversión y entretenimiento.

Es quizás Madrid una de las ciudades más ricas en entretenimiento de la Unión Europea, pues su variada gama de actividades de ocio la hacen merecedora de tal calificación, asimismo, es una ciudad llena de cultura siendo la palabra “cosmopolita” la que mejor la define.

No obstante, quizás el lector se preguntará: ¿Dónde puedo comer bien y disfrutar de un espectáculo sin igual? Bueno, la respuesta la hallará en lugares tales como, El Museo Thyssen Bornemiza, el Teatro Real, El Museo del Traje y El Museo Reina Sofía. Estos lugares mezclan el arte de comer bien con el arte escénico y las artes plásticas.

Entrando en detalle, el Museo Thyssen Bornemisza cuenta con cerca de mil obras de arte además de contar con platillos como el salmón en escabeche agridulce con gazpacho de fresones, terrina de foie mi-cuit sobre un salpicón de “ceps” o pechuga de pato con su “royal” y cebolla a la mostaza dulce.

Por otro lado El Teatro Real, ofrece un restaurante decorado con el mundo de la opera con trajes utilizados en Aida y Ana Bolena e incluso instrumentos musicales. El restaurante ofrece menús especiales para grupos y empresas, Business Lunch, con una amplísima carta para disfrutar desde un solomillo de buey con salsa de boletus hasta unos buenos lomos de bacalao confitado con suave pil pil y aceite de carabineros.

En adición, es importante mencionar el restaurante el Bokado, ubicado en el Teatro del Traje, el cual posee una capacidad para 80 comensales y con una terraza que puede albergar hasta 100 personas, el restaurante Bokado ofrece lo mejor de la cocina donostiarra. Por último, el restaurante Arola Madrid ubicado en el Museo Reina Sofía pretende recuperar la esencia de la comida mediterránea tradicional adaptándola y añadiéndole el sello personal del “chef”, cuenta con tres ambientes: uno más informal para tomar algo rápido en la barra, otro con mesas para comer, y otro de noche para poder disfrutar de la comida de mejor calidad.